Japón sin lugar a dudas es una experiencia única de comienzo a fin, tanto cultural como gastronómica, económica, sociopolítica y en cualquier aspecto que se le quiera ver.
En mi caso, ha sido el país que mas impacto me ha causado, sobrepasando mis expectativas, y cumpliendo incluso lo inimaginable a mi razón.
Cuando decidí emprender este viaje de mis sueños junto a una de mis mejores amigas en Israel, sabia que me enfrentaría a un mundo diferente al cual no estaba acostumbrada ver, y aunque me informe leyendo libros, blogs, viendo películas y videos en youtube, no se alcanza a persuadir la tercera parte de la realidad a los ojos.
Podría escribir un libro entero de mi experiencia recorriendo Japón, pero por ahora solo quisiera detallarles a ustedes queridos lectores, mi experiencia en uno de los lugares mas hermosos que he visto en mi vida.
Me enfocare en Kioto, y si, es una ciudad muy tranquila, y con muy poca modernidad a comparación de Tokio y otras ciudades, y es por ello que la hace diferente, por que te lleva a épocas milenarias, de imperios, de tradición, del verdadero Japón.
Cuando llegamos a Kioto, nos quedamos en un Hostal reconocido en el centro de la ciudad, para tener una buena ubicación, además que parecía que los templos están tan cerca el uno del otro, que nos pareció la mejor idea para poder hacer recorridos a pie, y nos fue de maravilla!
El transporte publico es algo costoso, así como lo son restaurantes y tiendas en general, así que gran parte de nuestro recorrido fue a pie (apto solo para mochileros), con mucha paciencia, por que queríamos ir despacio para detallar cada lugar, y con mucha energía para las largas caminatas por los templos, jardines, y montes.
Los templos mayormente reconocidos en Kioto y que son de importancia realmente son Kinkaku-ji (El tempo dorado), Ginkaku-ji (El templo de Plata), El templo Kodaiji, El templo Ryoanji, El templo Kiyomizu-dera. Ahora, hay algunos templos que no están en el epicentro de Kioto, por lo que se requiere obligatoriamente transporte publico para llegar a ellos, pero valen la pena ser visitados, por su esplendida naturaleza en la que habitan, tales como el Templo Kodaiji, siendo este famoso por sus jardines y senderos de bambú, El templo Tenryuji del cual también están los senderos de bambú gigantes, y el Santuario Fushimi Inari Taisha, del cual me pude llevar un gran susto, al recorrerlo de noche, y siendo este un monte, lleno de pequeños templos, pequeños caminos para llegar a la cima, con poca iluminación y con los túneles escritos, rodeados de estatuas con caras de perros, demonios, y lo que parecía ser tumbas.
Tuvimos la suerte de presenciar una celebración tradicional en Kioto durante el mes de Agosto, conmemorando a las Gueishas y la ceremonia del Te, por lo cual la mayor parte de la gente (yo incluida), se vistió de Kimono tradicional, con todo el ritual que conlleva, para parecer lo mas posible a una gueisha, y poder gozar a plenitud la celebración. Se requiere de tiempo, ya que son 3 horas de maquillaje y preparación para el atuendo, y el resultado final es fenomenal! Caminar por las calles vestida y maquillada como Gueisha es indescriptible!
La comida en Kioto es de igual forma muy tradicional, y basada en peces y mariscos, por lo cual, en caso de no ser amante de la comida de mar, no te queda mas opción que ir por lo que venden en tiendas como empaquetados y ensaladas preparadas al mejor estilo de Japón, como fue mi caso.
Kioto es un lugar mágico, que respira tranquilidad, armonía y paz. Una ciudad que se llena de jardines y agua para recordar que la naturaleza es el motor de nuestra espiritualidad y que de ella debemos aprender el valor de lo simple y lo mas importante, el valor de la vida.
Recomiendo visitar Kioto, y el mejor plan es invertir mínimo una semana para recorrerla, explorarla y amarla!!